¨Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar.¨ salmos 46:1-2 (Reina-Valera 1960)
Todos en esta vida tenemos algo que rechazamos y que no quisiéramos tener nada que ver con eso. A veces le tenemos temor a muchas cosas: desde un simple insecto hasta las cosas más tenebrosas de este mundo. Pero si bien es cierto, Dios no quiere que vivamos con eso, simplemente porque el que vive en temor, no ha sido perfeccionado por su gran amor.
La biblia habla del temor que le debemos tener a Dios, pero ese no es un temor de miedo, ni de rechazo, en este caso temer se refiere a servir, adorar y obedecer; es respetar a Dios por todo lo que El es, lo que El hace y lo que ha establecido en su palabra para que lo cumplamos.
En el tiempo que llevo de caminar con Dios, he renunciado a muchos temores gracias a él, esto no fue de la noche a la mañana, aunque si hay algo a lo que más le temo es fallarle a Dios, sin embargo a diario pecamos, pero hay errores que por decirlo así son más graves que otros, errores irremediables que traen consecuencias terribles y que estas nos pueden perseguir para toda la vida, si no le entregamos nuestra vida al señor y nos arrepentimos de corazón.
Pero a su vez llego una etapa en que eso me afectaba demasiado y me aterraba solo el pensar hacer algo que lastime el corazón de Dios, pero también me caí cuenta de que no somos perfectos, pero aun así, esto no es excusa para pisotear la sangre preciosa que derramo Jesús en la cruz.
Hay errores que se pueden evitar y de los que ya somos consientes que no debemos hacer, así como no queremos acércanos a ese animal que le tenemos miedo y no lo hacemos porque sentimos esa sensación de peligro, de alerta y de que algo malo nos puede hacer, así mismo ¿Por qué no huimos de las cosas que sabemos que nos harán daño?
A Dios gracias, que nos ha dado al Espíritu Santo para que nos fortalezca en medio de la prueba, la cual no será más dura de lo que podamos resistir dice su palabra, y que El nos da dominio propio para rechazar lo malo, y saber que si lo tenemos a él, lo tenemos Todo y con ello la victoria. Además es importante congregarnos constantemente, orar, estudiar su palabra, tener amistades que sean temerosas de Dios.
No tengas temor de buscar y confiar en Dios, de creer en El y entregarle tu vida, no temas de emprender cosas grandes y novedosas, no temas de las personas que desean verte destruido, no temas de la enfermedad, no le temas a la situación que estés pasando en este momento, no temas de predicar el evangelio, no le temas al amor.
¨Más ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?”
Job 4: 5-6 (Reina-Valera 1960).